El trabajo sobre el Capital Conversacional surge desde un espacio de Autoconciencia, de “Darnos cuenta” de nuestra propia manera de estar y de conversar (primero con nosotros mismos y luego con los demás actores de interés y de sentido) y se va ampliando a medida que, mediante la reflexión en la acción nos “Hacemos cargo” de las consecuencias de nuestro movernos y de nuestra manera de conversar (primero con nosotros mismos y luego con los demás actores de interés y de sentido –otra vez!-).
Vale la pena resaltar que en el centro está el Lugar Interior, como el eje fundamental que incide en la manera cómo me dispongo para el trabajo y para las conversaciones que se tienen que dar. Y desde ahí, articulados a ese Lugar Interior, aparecen las demás variables.